Francia, principal destino mundial, adelanta 60 propuestas en esa dirección
Sostenible.
 Es la palabra de moda que tanto vale para economía, agricultura, 
ecología, desarrollo, inversión... y, por supuesto, turismo. El 
adjetivo, y su primo hermano, aunque suene peor: sustentable (a mí me 
suena como cuando se dice reservaciones en lugar de reservas), forma 
parte de ese conjunto de palabros que están de actualidad y que se 
dicen o se escriben sin rubor (sobre todo los políticos), como si todo 
el mundo supiese a qué se refieren, aunque tal vez ellos mismos no lo 
sepan. Así se han ido extendiendo la resiliencia, la distopía, el 
empoderamiento, lo transversal, el metaverso, el networking, lo 
inclusivo... y tantas otras.
Pero
 volvamos a lo sostenible, que sí es un concepto válido y no una moda, y
 a cómo se aplica en el turismo. Seguramente no es misión imposible, 
pero no es tarea fácil, ya que se trata de garantizar el equilibrio 
entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el 
bienestar social. El turismo, que en España supuso en los años a.C. (no 
antes de Cristo, sino antes del Covid) hasta el 14,6% del PIB y del 
empleo, con casi tres millones de trabajadores, un aporte de 176.000 
millones de euros a la economía del país y unos 85 millones de turistas 
extranjeros; ese turismo del que el sabio papa Juan Pablo II, dijo que
 era el mejor vehículo para la paz y el encuentro de civilizaciones,
 sigue recibiendo críticas en forma de turismofobia por la masificación,
 limitación de acceso a ciertos lugares, como ya hacen aeropuertos como 
el de Schiphol en Amsterdam o el de Heathrow en Londres, falta de 
promoción para limitar la llegada de turistas que lleguen en avión, como
 están haciendo Amsterdam o Venecia, limitaciones a la construcción de 
nuevos hoteles como proyecta San Sebastián, tasas turísticas que luego 
sirven para cualquier cosa administradas por los gobernantes y no 
precisamente para el turismo... y también por la carencia de 
sostenibilidad.
El
 turismo mundial se ha situado en los últimos años entre las industrias 
más contaminantes. Representa el 8% de las emisiones globales de gases 
de efecto invernadero, de las que el 12% corresponden a los 
desplazamientos en avión, pero el impacto crecerá hasta el 40% en 2025 
si no se cambian las políticas y los hábitos. Todo lo que se haga a 
favor de la lucha contra el cambio climático, la naturaleza y lo 
sostenible está bien, excepto salvajadas como las que algunos activistas
 están perpetrando contra obras de arte... no es la mejor manera de 
hacerse oír.
Turismo sostenible
No
 es fácil mantener el compromiso con el medio ambiente en una industria 
que requiere aviones y sus inevitables emisiones de gases de efecto 
invernadero los aviones emiten más de 600 millones de toneladas de CO2 
al año, es decir, el 3% de las emisiones a nivel mundial y el 75% de las
 del transporte turístico; cruceros, cuya huella de carbono diaria 
puede superar a la de 12.000 coches y con el problema adicional de los 
distintos tipos de aguas residuales, metales pesados y gasto de 
combustible; coches que ya antes de echar a andar requieren la 
producción de materiales como el acero, el caucho, el vidrio, los 
plásticos, las pinturas y muchos más,
 y cuando mueren dejan ácidos tóxicos de las baterías, chatarra no 
reciclable, plásticos... sin hablar de que mientras están en uso, 
visitando las maravillas que el turismo mundial propone, su impacto 
medioambiental, entre el 80 y el 90?%,
 se debe al consumo de combustible y a las emisiones de contaminación 
atmosférica y de gases de efecto invernadero que, según los científicos 
del clima, provocan el calentamiento global. Sin hablar de otro impacto 
asociado a los coches, difícil de cuantificar, como es la construcción 
de carreteras, la expansión urbana, el crecimiento de la población y el 
consumo de recursos. La construcción de carreteras tiene un gran impacto
 en las emisiones y la vida silvestre.
En
 el tema de transporte turístico solo parece salvarse el tren, que es el
 medio de transporte más ecológico y está llamado a tener un papel 
fundamental en la disminución de la huella de carbono. El tren solo es 
responsable del 0,7 % de las emisiones totales de CO2, siendo el medio 
de transporte que menos contamina. Este dato lo convierte, por tanto, en
 el más ecológico. Según la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEE), los
 vehículos por carretera suponen más del 70 % de las emisiones de gases 
de efecto invernadero en la UE, frente a casi el 1 % del tren.
 Los datos de la AEE, obtenidos a partir de números promedio, cifran en 
285 gramos de CO2 la cantidad de emisiones por pasajero y kilómetro. 
Pero el tren por sí mismo no llega a todos los lugares que el viajero 
desea conocer.
Y,
 claro, no hay que olvidarse del lugar imprescindible al que el turista 
va: el hotel. Aunque las estadísticas indican que 7 de cada 10 turistas 
estarían dispuestos a pagar un poco más por viajes sostenibles, la 
realidad es que una gran mayoría obliga a lavar las toallas cada día 
cuando en su casa lo hace cada semana, mantiene el aire acondicionado 
funcionando cuando no está en la habitación, desperdicia mucha comida en
 el buffet y deja miles de frasquitos de plástico con restos de champú o
 gel. Se estima que un turista genera el doble consumo de agua en un 
hotel que en su casa y lo mismo cabe decir de los residuos sólidos. No 
todo es responsabilidad suya, los establecimientos hoteleros también 
llevan su parte. 
En
 todo caso, y ante el crecimiento del problema, el turismo, y en 
concreto los hoteles, se ponen las pilas para reducir su impacto 
ambiental. Ajustar el consumo de agua, utilizar energía verde y eliminar
 envases de plástico son prácticas que se generalizan en los hoteles. 
Pero es imprescindible también concienciar al huésped de hotel, 
animándole (o incentivándole con un mejor precio) a no obligar a lavar 
inútilmente las toallas, no despilfarrar el agua y la electricidad, 
comer sólo lo que quiera sin dejar nada sobrante en el plato y, en 
general, comportarse en el hotel como lo hace en su propio hogar. 
El ejemplo de Francia
Francia,
 que sigue siendo el principal destino turístico mundial (París y 
Disneyland aportan su tirón) en competencia con España y Estados 
Unidos, ha decidido hacer de la sostenibilidad la clave para la 
promoción de su turismo. Argumentos no le faltan: 116 parques 
nacionales, regionales o Grands Sites de France; 19.000 kilómetros de 
rutas ciclistas desarrolladas; 27.000 kilómetros de red ferroviaria 
(12.500 de alta velocidad); 8.500 kilómetros de vías navegables (la 
mayor red de Europa); 1.500 establecimientos verdes; 430 Jardins 
remarcables, etc. Con estos elementos, y una mentalidad que apuesta por
 la conservación de la naturaleza y el turismo slow y poco invasivo, 
están surgiendo numerosas alternativas que permiten disfrutar de Francia
 sin prisas y respetando el entorno.
En
 una reciente presentación, el país vecino ha decidido mostrar su 
apuesta sostenible de manera original, con juegos, encuestas, dibujos e 
incluso un pequeño aperitivo que tenían como fondo la lucha contra el 
cambio climático, el aprovechamiento de los recursos y la concienciación
 de que los viajeros tienen un papel protagonista en todo ello. Reconectar
 con la naturaleza, disfrutar del aire libre, vivir experiencias 
inolvidables: es el momento de explorar Francia, de compartir los 
sencillos placeres de la vida, rodeado de sus seres queridos,
 resume Caroline Leboucher, CEO de Atout France, en el presentación del 
nuevo Dossier de Prensa Explore France con 60 propuestas sostenibles que
 van desde la naturaleza y la cultura a los alojamientos y el siempre 
interesante Art de vivre francés. Aquí mostramos 13 de ellas, una por 
cada región francesa.
OCCITANIA
Del Canal du Midi a los cielos estrellados
Viajar por el Canal du Midi,
 una vía navegable clasificada como Patrimonio Mundial de la UNESCO, de 
250 km. de longitud, y la mayor vía fluvial de Francia que une Toulouse 
con Sète. Se puede alquilar una embarcación eléctrica que maneja uno 
mismo, y se pueden llevar bicicletas a bordo y explorar los caminos y 
las bonitas ciudades del recorrido, como Carcassonne y Castelnaudary. 
Occitania es también una buena región para observar cielos estrellados 
ya que aquí están dos de las cuatro Reservas Internacionales de Cielo 
Estrellado de Francia. El Pic du Midi y el Parque Nacional de las 
Cevenas figuran entre los 19 territorios del mundo que se distinguen por
 la excepcional calidad de sus cielos nocturnos. Bajo la brillante 
cúpula de la nueva Maison Tourmalet-Pic du Midi,
 la Maison de la Nuit se pretende concienciar sobre los efectos nocivos 
de la contaminación lumínica, un aspecto que no siempre se tiene en 
cuenta. 
NUEVA AQUITANIA
En busca del tesoro con deporte, cultura y juegos
Es
 la región más extensa de Francia y hay mucho que descubrir en ella, 
como Burdeos y sus prestigiosos viñedos, la cueva de Lascaux en el valle
 de la Dordoña, los rincones de surf del País Vasco, el Marais Poitevin,
 los faros de la isla de Ré, sin olvidar la hermosa Forêt des Landes o 
la Duna du Pilat en la cuenca de Arcachon. Burdeos, epicentro de la 
viticultura francesa, ha sido nombrada capital del Smart Tourism 2022. 
No hay que perderse sus viñedos eco-responsables, sus líneas de tranvía 
accesibles y el ecosistema Darwin, un antiguo cuartel militar que 
alberga ahora una granja urbana y el mayor restaurante ecológico de 
Francia. Otra de sus novedades es Tèrra Aventura,
 una búsqueda del tesoro que sigue el concepto de geocaching combinando 
deporte, cultura y juego y que incluye más de 500 rutas con pistas, 
códigos QR ocultos, acertijos que resolver y tesoros que encontrar.  
VALLE DEL LOIRA
Descubrir bellos castillos sobre dos ruedas
Varias empresas animan a descubrir La Loire à Vélo,
 una de las rutas ciclistas más bellas de Francia, por los itinerarios 
de las vías verdes para visitar las joyas del Valle del Loira, declarado
 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, bordeadas por los jardines de
 castillos emblemáticos como Rivau, Chaumont-sur-Loire y La Javelière. 
Los 5.000 km. de carriles bici y los 20.000 km. de rutas de senderismo 
permiten explorar la región al propio ritmo y siempre respetando la 
naturaleza. A lo largo del río real, las paradas se suceden con pausas 
gastronómicas en guinguettes
 llenas de encanto. A lo largo del recorrido, 670 profesionales con la 
etiqueta "Accueil Vélo" ofrecen sus servicios de alquiler, transporte de
 equipaje, alojamiento y visita a lugares de interés... Sin olvidar los 
trenes "Loire à Vélo", disponibles para cuando se está muy cansado.  
LOIRA ATLÁNTICO
Paseos verdes... y azules
Angers,
 que fue elegida la ciudad más verde de Francia en 2020 gracias a sus 
600 hectáreas de parques y espacios verdes es perfecta para recorrer sus
 senderos naturales, como los de la isla de Saint-Aubin o visitar Terra Botánica
 único parque temático de plantas del mundo. La ciudad ha invertido 178 
millones de euros para conseguir la neutralidad de carbono en 12 años. 
Para los que prefieran el azul al verde, entre Nantes (la ciudad natal 
de Julio Verne) y Saint-Nazaire, se puede descender por el Loira hacia 
el gran estuario y el Atlántico, en coche, en bicicleta o en barco... En
 este tramo de río, salpicado de obras de arte por el "Voyage à Nantes",
 la luz del océano y la llamada del mar abierto dan alas... y ganas de 
disfrutar la vida. A continuación, parada en Paimboeuf, en cuya plaza 
del mercado, a un paso del faro y del sorprendente Jardín de las 
Estrellas, está Les Flacons un lugar que da protagonismo a los buenos 
vinos (con más de 250 referencias) compartiendo catas y talleres 
vinícolas. 
BRETAÑA
Del mar al interior con el agua como protagonista
El
 litoral, las bahías y los archipiélagos bretones son un refugio para 
muchos mamíferos y aves marinas. Es posible ir desde Port-Mer con la 
asociación Al-Lark,
 para contemplarlos desde el mar. Pero el interior secreto de Bretaña 
también tiene su atractivo, con sus pequeños pueblos, castillos y 
bosques encantados. Todo eso se puede descubrir navegando sin necesidad 
de licencia por los canales y ríos de Bretaña, un pulmón verde con 600 
km. de vías navegables en el corazón del país. Todo muy tranquilo, en 
familia o con amigos, ya sea en una casa flotante, para una aventura de 
varios días, o en una pequeña embarcación eléctrica, fácil de maniobrar 
durante unas horas, sin superar los 5 ó 10 km/h. en el camino se pueden 
visitar la abadía de Bon-Repos y el lago de Guerlédan, el mayor y más 
misterioso de Bretaña. 
NORMANDÍA
Disfrutar del tiempo tranquilo... o tratar de recuperarlo
Sus
 infinitas playas, que permitieron el célebre Desembarco y que 
inspiraron a los impresionistas permiten también navegar en kayak por el
 mar y descubrir, por ejemplo, las islas Chausey, un archipiélago 
salvaje situado a 17 km. del puerto de Granville, en la costa de 
Normandía. Las islas acogen una abundante fauna y hermosas playas de 
arena blanca que darán la impresión de estar solo en el mundo. Y para 
los más tranquilos y cultos, nada como revivir el ambiente que inspiró a
 Marcel Proust -del que ahora se celebra el centenario de su muerte (y 
al que La Biblioteca Nacional de Francia dedica una gran exposición)- 
para su célebre "En busca del tiempo perdido" cumbre de la literatura 
francesa que pocos han logrado leer en su totalidad, con una visita a 
Cabourg, en el corazón de la encantadora estación balnearia de la Côte 
fleurie, y al seductor Grand Hôtel,
 en el que solía alojarse y escribió buena parte de su obra. No es 
difícil imaginar el ambiente que él vivió con hombres guapos con 
chaquetones, mujeres elegantes con crinolinas, trajes de baño a rayas en
 la playa... 
ALTOS DE FRANCIA
Disfrutar del mayor acuario de Europa
El Centro Nacional del Mar, Nausicaá,
 en Boulogne-sur-Mer, no solo es el mayor acuario de Europa, sino que 
también desempeña un papel fundamental en la educación de los visitantes
 sobre el papel del mar en nuestro entorno. La última exposición 
inmersiva, titulada "Dans l'Oeil du Climat", invita a los visitantes a 
descubrir soluciones que todos podemos adoptar en nuestra vida cotidiana
 para combatir el cambio climático. Y en el interior, en los Altos de 
Francia, en Roeux, entre Arras y Lille, Natureza
 abre sus puertas a los amantes del verde y de los grandes espacios. Hay
 que olvidarse del su coche, ya que Frédéric y Mylène reciben al viajero
 en la estación de tren de Arras o le invitan a un primer paseo en 
bicicleta eléctrica. Desde el centro de la ciudad, Natureza está a sólo 
30 minutos de pedaleo, a lo largo de las orillas del Scarpe... Un buen 
soplo de aire fresco para iniciar una estancia sin igual, en la que 
poder dedicar tiempo a compartir paseos, excursiones de pesca o paseos 
en barca a pedales, lejos del ajetreo de la vida cotidiana. Y hay 
alojamientos para todos los gustos: casas en los árboles o en los 
zancos, casa de hobbit o nido encaramado, en medio del lago o con vistas
 al río. 
PARIS Y SU REGIÓN
Lo verde inunda tejados y museos en la capital francesa
También
 las grandes urbes apuestan por lo verde y lo ecológico. Ahí está el 
ejemplo de París donde la mayor granja urbana sobre tejado en el mundo 
acaba de abrir sus puertas en la Expo Porte de Versailles de la capital 
francesa. Esta nueva y creciente tendencia está conquistando París. NU-Paris
 aspira a producir hasta 1.000 kg. de productos ecológicos frescos al 
día en sus huertos hidropónicos de frutas y verduras. La granja también 
cuenta con colmenas, un espacio para eventos en el invernadero y un 
restaurante y bar. Y los museos no se quedan atrás. A dos pasos de la 
Torre Eiffel, a orillas del Sena, el Museo Quai Branly-Jacques Chirac
 esconde sus extraordinarias colecciones de arte primitivo de África, 
América, Asia y Oceanía en un entorno arquitectónico y vegetal diseñado 
por Jean Nouvel. El paseo es hipnótico y el viaje a través de culturas y
 creencias es extraordinario. La sensación continúa en el gran jardín, 
donde la exuberante vegetación aparece incluso bajo los pilotes del 
edificio y se apodera de paredes y muros.  
ALSACIA-ESTE DE FRANCIA
Disfrutar la paz de una cabaña o pedalear bordeando un gran río
Encender
 un fuego para calentarse alrededor de la estufa de leña, iluminarse con
 una lámpara de aceite y terminar ese libro que siempre se quiso leer 
frente a la naturaleza, tras el ventanal de una acogedora cabaña... Este
 plan tan apetecible y tan sostenible es posible en la zona forestal de Nutchel,
 un pueblo de 37 viviendas de madera, enclavado en el valle de Bruche, 
en Alsacia. Es el momento de redescubrir la alegría de los gestos 
sencillos y la tranquilidad de los momentos compartidos y hacer una 
pausa en este entorno natural y preservado, a menos de una hora de 
Estrasburgo y a un paso de la Ruta del Vino de Alsacia. Y si se busca un
 plan más activo "La Meuse à vélo"
 forma parte de la ruta ciclista Eurovélo 19 que ofrece más de 1.000 km.
 de ciclismo a lo largo de las orillas de este potente río del este de 
Francia. Se puede pedalear por una variedad de carriles bici y 
carreteras tranquilas desde la ciudad de Langres, en la Alta Marne, 
hasta la ciudadela de Givet, en las Ardenas, que está rodeada de bellos 
paisajes. 
BORGOÑA
Cuando la gastronomía de adueña de la región
Naturalmente,
 la buena gastronomía también debe ser sostenible, apostando por el 
origen de los ingredientes, cómo son cultivados, cómo llegan a los 
mercados y, finalmente, a los platos, apoyando la protección de la 
biodiversidad y la preservación de la cultura. En eso están en Borgoña 
-y en todas las regiones de Francia-, donde se ha creado hace poco la Cité Internationale de la Gastronomie et du Vin
 en Dijon, célebre por su mostaza. Y el menú es tentador: centro 
cultural, escuela de cocina Ferrandi Paris, escuela de vinos, cocina de 
eventos, bodega y Mesa del Chef de Eric Pras... junto con todo un 
programa de exposiciones, degustaciones, clases magistrales, cursos de 
formación culinaria y enológica. Además, entre Dijon, en Borgoña, y 
Marsella, en la Provenza, se extiende el llamado Vallée de la Gastronomie
 un itinerario de sabores se despliega a lo largo de 620 kilómetros por 
el placer de la buena mesa y los buenos productos locales. A lo largo de
 los valles del Saona y del Ródano, pasando por la Auvernia hasta llegar
 a las orillas del Mediterráneo, se pueden encontrar buenas direcciones 
donde se prepara el "savoir-faire" y los pequeños platos. Es una 
oportunidad para vivir experiencias culinarias y encuentros apetitosos: 
compartir una mañana con un chef, aprender a maridar vino y queso, 
recoger aceitunas, morder un calisson caliente, descubrir los secretos 
de las trufas o recorrer en bicicleta los viñedos de un viticultor 
ecológico. 
AUVERNIA
La ciudad es compatible con la naturaleza
Elegida
 Capital Verde de Europa en 2022, Grenoble ofrece un equilibrio perfecto
 entre ciudad y montaña. Esta ciudad es la mayor zona de bajas emisiones
 de carbono de Francia y la primera ciudad francesa con más facilidad 
para desplazarse en bicicleta. Grenoble centra sus esfuerzos en reducir 
la contaminación acústica con espacios tranquilos dedicados al silencio y
 también ha plantado más de 5.550 árboles desde 2014. Este año producirá
 el equivalente a su consumo en energía renovable, con cero emisiones de
 carbono y cero energías nucleares. Para los que deseen un mayor 
contacto con el aire libre y poder acampar en plena naturaleza, vivir 
una noche de aventura en una cabaña en lo más profundo del bosque, 
escuchar la fauna y la flora... Huttopia
 cumple este deseo con sus alojamientos de lona y madera, a la vez 
cómodos y ecológicos, naturales y glamurosos. Originario de 
Auvernia-Ródano-Alpes, el grupo familiar ha encontrado la inspiración 
verde en su tierra natal. En la tranquilidad de las montañas del Cantal,
 a orillas del lago de La Sauve o a los pies de los volcanes de 
Auvernia, a un paso del Puy de Dôme, la inmersión en la naturaleza es 
total y la experiencia de glamping es acogedora y sostenible.  
PROVENZA-REGIÓN SUR
Descubrir el fondo del mar y de la tierra
En Marsella se encuentra el primer museo submarino de Francia, el Musée Subaquatique de Marseille,
 una colección de esculturas sumergidas en la bahía de Anse des 
Catalans, a la que solo se puede acceder buceando. El museo pretende 
sensibilizar al público sobre temas medioambientales y de biología 
marina. Y también bajo el agua hay 500 obras de arte rupestre, únicas en
 el mundo, bajo el antiguo puerto de Marsella. A dos pasos del hermoso 
museo Mucem, en la Villa Méditerranée, se ha reconstruido un tesoro 
arqueológico hundido en las calanques (calas). La réplica perfecta de la
 cueva de Cosquer puede visitarse a bordo de vehículos de exploración de
 alta tecnología. Y tierra adentro se comprueba que la región de 
Provenza-Alpes-Costa Azul es la principal productora de trufas, la joya 
de la gastronomía francesa. En los puestos de los grandes mercados de 
Carpentras, Richerenches o Aups pueden comprarse estos diamantes negros 
mientras se conoce el "savoir-faire" de los apasionados truficultores. 
Para elegir la más adecuada, la nueva marca "Diamant Noir du Vaucluse"
 es una referencia. Pero también se podrá degustar, por primera vez en 
el mundo, la trufa blanca cultivada por Pépinières Robin en los Altos 
Alpes. ¡  
CÓRCEGA
La belleza serena de Bastia o un palizón caminando o en bici
Bastia
 puede ser el mejor resumen de lo que es Córcega. Ciudad de arte e 
historia, auténtica y atemporal, moderna y creativa... Para captar el 
alma profunda de la capital de la Alta Córcega hay que deslizarse por 
las empinadas calles del casco antiguo entre oratorios barrocos y 
majestuosas iglesias, acercarse a la alta ciudadela, bajar al puerto, 
pasear por la plaza de San Nicolás... y, sobre todo, tomar la Aldilonda,
 una nueva y extraordinaria pasarela sobre las olas, entre el Puerto 
Viejo y la playa de Arinella, en un paseo por las laderas rocosas, en 
suaves curvas, quedando suspendido entre el cielo y el mar con 
impresionantes vistas. Y a propósito de suspendido, la propuesta de Cocoon Village
 llama la atención: Cinco burbujas en el lado del acantilado, a 850 m de
 altitud como capullos de cristal para una inmersión natural suspendida y
 para que todo sea muy natural, no hay agua ni electricidad. Y si se es 
más activo -mucho más- se puede intentar descubrir la belleza salvaje de
 esta isla mediterránea abordando su ruta de senderismo GR20 o su 
equivalente en bicicleta, la ruta ciclista GT20. Se trata de unas de las
 excursiones más exigentes de Europa, así que hay que estar preparado. 
Francia cuenta con unas 370 rutas de senderismo GR (Grande Randonnée), 
así como con 9 de las 15 rutas ciclistas transeuropeas. 
Más información:
ATOUT FRANCE/Explore France